EL proceso de autoficción

Creo no haber confundido todavía nunca la ficción con la realidad, aunque sí las he mezclado en más de una ocasión como todo el mundo, no sólo los novelistas, no sólo los escritores sino cuantos han relatado algo desde que empezó nuestro conocido tiempo. Así, cualquiera cuenta una anécdota de lo que le ha sucedido y por el mero hecho de contarlo ya lo está deformando y modificando.

Y sin embargo voy a alinearme aquí con los que han pretendido hacer eso alguna vez o han simulado lograrlo. Voy a relatar lo ocurrido o averiguado o tan sólo sabido: lo ocurrido en mi experiencia de escritor, o en mi fabulación, o en mi conocimiento.

No soy el primero ni seré el último escritor cuya vida se enriquece o condena por causa de lo que imaginó o fabuló y haya escrito y publicado. A diferencia de lo que sucede en las verdaderas novelas de ficción, los elementos de este relato que empiezo ahora son del todo azarosos^A) y caprichosos, meramente episódicos y acumulativos. No creo que esto sea una historia, aunque puede que me equivoque, al no conocer su fin. El principio de este relato, eso lo sé, está fuera de él, en la novela que escribí hace tiempo, o aún antes de eso, y entonces es más difuso, en los dos años que pasé en la ciudad de Oxford enseñando como un impostor entretenidas materias más bien inútiles en su Universidad y asistiendo al transcurso de aquel tiempo convenido. Su final quedará también fuera, y seguramente coincidirá con el mío,^B) dentro de algunos años, o así lo espero.

Siempre se dice que detrás de toda novela hay una secuencia^C) de vida o realidad del autor, por pálida o tenue e intermitente que sea, o aunque esté transfigurada. Se dice esto como si se desconfiara de la imaginación y de la inventiva, también como si el lector o los críticos necesitaran un asidero para no ser víctimas de un extraño vértigo, el de lo absolutamente inventado o sin experiencia ni fundamento, y no quisieran sentir el horror a lo que parece existir mientras lo leemos y sin embargo nunca ha sido.

De todas mis novelas hay una que permitió a sus lectores este consuelo^D) o coartada en mayor medida que las demás, y no sólo eso, sino que invitó a sospechar que cuanto se contaba en ella tuviera su correspondencia en mi propia vida, aunque yo no sé si ésta es a su vez parte o no de la realidad. Quizá no lo sería si la contara y algo estoy ya contando. En todo caso, esa novela titulada Todas las almas se prestó también a la casi absoluta identificación entre su narrador sin nombre y su autor con nombre, Javier Marías, el mismo de este relato, en el que narrador y autor sí coincidimos y por tanto ya no sé si somos uno o si somos dos, al menos mientras escribo.

Todas las almas fue publicada hace ya ocho años y bastaba mirar la solapa de la edición primera, con unos escuetos datos biográficos sobre el autor, para saber que yo había enseñado en la Universidad de Oxford durante dos cursos, entre 1983 y 1985, al igual que el narrador español del libro. Y es cierto que ese narrador ocupa el mismo puesto que ocupé yo en mi propia vida o historia de la que guardo recuerdo, pero eso, como muchos otros elementos de esta y de otras novelas mías, era sólo lo que suelo llamar un préstamo del autor al personaje.

Javier Marías Adaptado de randomhouse.ca.

The Genre of Autobiography and Autofiction

Derived from three Greek words meaning “self”, “life” and “write”, autobiography is a style of writing that has been around nearly as long as history has been recorded. Yet, autobiography was not classified as a genre within itself until the late eighteenth century.

In his book, Inside out, E. Stuart Bates offers a functional definition of autobiography as “a narrative of the past of a person by the person concerned”. That definition, however, is too broad for some literary critics. Many, such as Philippe Lejeune, wish to define the genre more narrowly: “(a) retrospective prose narrative produced by a real person concerning his own existence, focusing on his individual life, in particular on the development of his personality”.

Despite disagreements concerning how inclusive the category of autobiography should be, there are characteristics that are common to the majority of autobiographical works. These features are the grammatical perspective of the work, the identity of the self, selfreflection and introspection.

Most autobiographies are written from the first person singular perspective. The author, the narrator and the protagonist must share a common identity for the work to be considered an autobiography. This common identity could be similar, but is not identical. The self that the author constructs becomes a character within the story that may not be a completely factual representation of the author’s actual past self.

In their book The voice within, Roger Porter and H. R. Wolf state that “truth is a highly subjective matter, and no autobiographer can represent exactly what happened back then, any more than a historian can definitively describe the real truth of the past”.

Because the author cannot describe events objectively, even the most accurate autobiographies have fictional elements. The blurring of fiction and truth characteristic of autobiography has even led to the creation of a subdivision within the genre of autobiography that deals with fictionalized self-accounts. For this style of writing that blends characteristics of both fiction and autobiography, Serge Doubrovsky coined the literary term “autofiction”.

The difference between traditional autobiography and the genre of autofiction is that autobiographers are attempting to depict their real life, while writers of autofiction are only basing their work upon real experiences. Writers of autofiction are not expected to be as historically accurate as possible as autobiographers are. According to Alex Hughes, authors of autofiction are saying “this is me and this is not me”. This sums up autofiction. Autofiction draws from the life of the writer with the addition of fictional elements to make the work more than just a life story.

Autobiography is a popular genre. Writers of memoirs and life stories never lack an audience. People are interested in the actual lives of others and want to know about others’ pasts and feelings and desires. Autobiography is a way to organize the story of a life and reflect on the past in order to better understand the present.

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SEPARAÇÃO

Voltou-se e mirou-a como se fosse pela última vez, como quem repete um gesto imemorialmente irremediável. No íntimo, preferia não tê-lo feito; mas ao chegar à porta sentiu que nada poderia evitar a reincidência daquela cena tantas vezes contada na história do amor, que é a história do mundo. Ela o olhava com um olhar intenso, onde existia uma incompreensão e um anelo1, como a pedir-lhe, ao mesmo tempo, que não fosse e que não deixasse de ir, por isso que era tudo impossível entre eles.

(...)

Seus olhares fulguraram por um instante um contra o outro, depois se acariciaram ternamente e, finalmente, se disseram que não havia nada a fazer. Disse-lhe adeus com doçura, virou-se e cerrou, de golpe, a porta sobre si mesmo numa tentativa de secionar2 aqueles dois mundos que eram ele e ela. Mas o brusco movimento de fechar prendera-lhe entre as folhas de madeira o espesso tecido da vida, e ele ficou retido, sem se poder mover do lugar, sentindo o pranto formar-se muito longe em seu íntimo e subir em busca de espaço, como um rio que nasce.

Fechou os olhos, tentando adiantar-se à agonia do momento, mas o fato de sabê-la ali ao lado, e dele separada por imperativos categóricos3 de suas vidas, não lhe dava forças para desprender-se dela. Sabia que era aquela a sua amada, por quem esperara desde sempre e que por muitos anos buscara em cada mulher, na mais terrível e dolorosa busca. Sabia, também, que o primeiro passo que desse colocaria em movimento sua máquina de viver e ele teria, mesmo como um autômato, de sair, andar, fazer coisas, distanciar-se dela cada vez mais, cada vez mais. E no entanto ali estava, a poucos passos, sua forma feminina que não era nenhuma outra forma feminina, mas a dela, a mulher amada, aquela que ele abençoara com os seus beijos e agasalhara nos instantes do amor de seus corpos. Tentou imaginá-la em sua dolorosa mudez, já envolta em seu espaço próprio, perdida em suas cogitações próprias − um ser desligado dele pelo limite existente entre todas as coisas criadas.

De súbito, sentindo que ia explodir em lágrimas, correu para a rua e pôs-se a andar sem saber para onde...

Vinícius de Morais Poesia completa e prosa. Rio de Janeiro: Aguilar, 1986.

¹ anelo − desejo intenso

² secionar − dividir em partes

³ categóricos − claros e explícitos